Como refleja su título, Miguel Will intenta describir la relación, al menos ‘espiritual’ o ‘creativa’ entre Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Aunque no existen pruebas de que tal relación existiese desde un punto de vista personal, el autor de esta obra ha utilizado la existencia de otra obra, «Cardenio», basada en el Quijote, que los estudiosos de Shakespeare dan por perdida, para imaginar qué sucedería si el Teatro del Globo llevara a escena al noble hidalgo de Cervantes. Se necesitaría, por supuesto, un actor que hiciera al mismo tiempo de noble y de bufón, una combinación exacta de elevados ideales y errores estúpidos.